El aire comprimido es una importante fuente de energía muy utilizada en la industria. Esta utilidad segura y fiable es a menudo la parte más importante de un proceso de producción.
Sin embargo, el aire atmosférico contiene vapor de agua, que se condensa en gotas de agua cuando el aire comprimido se enfría. El agua y la suciedad en el aire comprimido causan grandes molestias y costes al usuario, ya que pueden dañar los equipos conectados al compresor.
Al mismo tiempo, la humedad y el calor procedentes de la compresión del aire crean condiciones favorables para el crecimiento de microorganismos. Si el aire comprimido entra en contacto directo con seres humanos, animales, alimentos o equipos médicos, pueden surgir problemas de higiene.